El olivar, que fuera cultivo extensivo en estos pagos, ha quedado reducido a una mínima expresión con el avance del cereal de secano. De tal forma que se visualiza con facilidad el conjunto arquitectónico en este paisaje de planicie.

Reconocemos los restos de un pequeño molino de viga situado en una nave de doble crujía que conserva la torre contrapeso, hoy coronada con un remate almenado. En una nave perpendicular a ésta, configurando la fachada de acceso, se conserva un molino hidráulico con la maquinaria prácticamente completa, el molino de rulos, en los que figura la marca "Fundición Cordobesa", y la bodega con ocho trojes, todo, como decimos, en la misma nave, en cuyo interior también hay una oficina con una pequeña entreplanta desde la que se domina todo el espacio productivo. La peculiar situación de la nave del molino nuevo en el tramo derecho de la crujía de fachada, en el lugar que suele destinarse a la cocina o cualquier otro espacio de uso residencial, nos hace pensar en el peso que la almazara ejercía en la realidad funcional de este conjunto.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.