Su caserío se articula en torno a dos patios, el de labor y el del señorío y la almazara. En el primero, de una sola altura, se encuentra la entrada principal del edificio, sobre cuyo sencillo vano se lee el nombre del mismo. En la crujía de la izquierda se encontraba el gallinero, hoy almacén. Al fondo del patio, en muy buen estado de conservación, está la gañanía, uno de los elementos más interesantes del conjunto. Es una amplia nave cubierta por una sencilla viguería a dos aguas, sostenida por una hilera de pilares al centro y presidida en un extremo por un gran chimeneón de campana. A continuación de la gañanía se añadió otra nave similar, pero con cubierta plana, que en origen fue pajar, pero que hoy es el cuarto del gasoil. En la crujía derecha del patio de labor se encuentra la cuadra y el guadarnés, así como el acceso al patio del señorío, que, al igual que el de labor, está empedrado, con un pozo. En la crujía de fachada del segundo patio se levanta el señorío, de doble altura, el elemento más llamativo de todo el edificio por su gran desarrollo. En la actualidad está precedido por una zona ajardinada. La pieza de separación entre los dos patios es, en su parte inferior, vivienda de los caseros y en la superior, granero; aquí se encuentra también la antigua capilla, hoy convertida en vivienda. Se da la curiosa circunstancia de que en la actualidad el casero vive en el antiguo señorío y los propietarios en el lugar original del casero. En otro frente del patio se encuentra la almazara, situada dentro de una gran nave con tinajas enterradas y una viguería de interés.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.