Al comienzo transitaremos por un alcornocal adehesado en el que no faltan las características piedras berroqueñas del lugar, moles de granito modeladas por la erosión del viento y del agua. También observaremos otras comunidades vegetales introducidas por la mano del hombre; nos referimos al eucalipto y a los pinos de repoblación.

En los primeros metros del sendero, ascenderemos suavemente, bordeando un cerrillo, que dejaremos a nuestra derecha. Giraremos a la izquierda y divisaremos un paisaje adehesado de encinas con matorral, formado por jaras, brezos, aulagas y lavandas, que en primavera, cuando están en flor, colorean el suelo de tonos blancos, rosa, amarillo y morado. También es posible observar en esta zona dos de las especies cinegéticas más características del bosque mediterráneo; se trata del ciervo y el jabalí.

Pasaremos por un capturadero y llegaremos a un pozo-fuente con bomba de agua, y tras un corto tramo por una zona de matorral mediterráneo, finalizaremos nuestro sendero donde lo iniciamos.

Longitud: 6 km

Trazado: circular

Dificultad: media

Autorización: NO

Fuente: Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Junta de Andalucía