Cazalla fue un importante baluarte de frontera, reconquistada por Fernando III hacia 1247. En toda la Baja Edad Media, el castillo de Cazalla ocupó un lugar importante en la defensa de la frontera del reino de Sevilla de los ataques del vecino reino portugués, y en el siglo XV las luchas entre las casas de Guzmán y Ponce de León dejan sentir sus efectos en la villa.

Los escasos restos que quedan del castillo se reducen a una puerta de la muralla formada por dos arcos de herradura apuntados, enmarcados por alfiz situados a un extremo y otro de una bóveda de cañón rebajado, y restos de un torreón que sirven de base a la torre de la Iglesia de la Consolación.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.